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Excursiones

Como cuidar el cerebro a partir de los 50 años.

Coordinadora: Dña. Ramona Rubio Herrera. Catedrática de Psicogerontología..

El cerebro consiste en centenares de millones de células (neuronas y células gliales), intrincadamente interconectadas por caminos (dendritas y axones). Existen varios tipos de neuronas y células gliales. Las neuronas y las conexiones locales cortas constituyen la materia gris, y los caminos mielinizados largos constituyen la materia blanca, Cada neurona está interconectada con una miríada de otras neuronas, lo que da como resultado pautas intrincadas de interacciones. De ese modo, a partir de elementos relativamente simples  se construye una red de complejidad inconcebible.

El cerebro usa la energía bioquímica procedente del metabolismo celular como desencadenante de las reacciones neuronales. Los ‘paquetes’ de energía se reciben en las dendritas y se emiten en los axones en forma de moléculas de sustancias químicas (sustancias que, por esa misma razón, se denominan neurotransmisores).
Un neurotransmisor es una biomolécula, sintetizada generalmente por las neuronas, que se vierte, a partir de vesículas existentes en la neurona presináptica, hacia la brecha sináptica y produce un cambio en el potencial de acción de la neurona postsináptica. Los neurotransmisores son por tanto las principales sustancias de las sinapsis ABC. (con muchos órganos). Has la fecha se han descubierto varias docenas de ellos: glutamato, ácido gamma-aminoburítico (GABA), serotonina, acetilcolina, dopamina, etc.

El cerebro consiste en centenares de millones de células (neuronas y células gliales), intrincadamente interconectadas por caminos (dendritas y axones). Existen varios tipos de neuronas y células gliales. Las neuronas y las conexiones locales cortas constituyen la materia gris, y los caminos mielinizados largos constituyen la materia blanca, Cada neurona está interconectada con una miríada de otras neuronas, lo que da como resultado pautas intrincadas de interacciones. De ese modo, a partir de elementos relativamente simples  se construye una red de complejidad inconcebible.
El cerebro usa la energía bioquímica procedente del metabolismo celular como desencadenante de las reacciones neuronales. Los ‘paquetes’ de energía se reciben en las dendritas y se emiten en los axones en forma de moléculas de sustancias químicas (sustancias que, por esa misma razón, se denominan neurotransmisores).
Un neurotransmisor es una biomolécula, sintetizada generalmente por las neuronas, que se vierte, a partir de vesículas existentes en la neurona presináptica, hacia la brecha sináptica y produce un cambio en el potencial de acción de la neurona postsináptica. Los neurotransmisores son por tanto las principales sustancias de las sinapsis ABC. (con muchos órganos). Has la fecha se han descubierto varias docenas de ellos: glutamato, ácido gamma-aminoburítico (GABA), serotonina, acetilcolina, dopamina, etc.

Las neuronas están agrupadas en estructuras cohesivas (núcleos y regiones). Cada estructura consta de millones de neuronas. Los núcleos y regiones representan las unidades macroscópicas del cerebro, y el patrón de conectividad entre ellas representa la  organización macroscópica del cerebro. El cerebro es un sistema fuertemente interconectado, y la arquitectura de las conexiones principales entre sus núcleos y regiones proporciona una útil visión aérea del sistema total.

El cerebro procesa la información sensorial, controla y coordina el movimiento, el comportamiento y puede llegar a dar prioridad a las funciones corporales homeostáticas, como los latidos del corazón, la presión sanguínea, el balance de fluidos y la temperatura corporal. No obstante, el encargado de llevar el proceso automático es el bulbo raquídeo. El cerebro es responsable de la cognición, las emociones, la memoria y el aprendizaje.
Las partes principales del cerebro son: Lóbulos frontales, lóbulos parietales, tronco cerebral, cerebelo, sistema límbico, hipocampo, hipotálamo, córtex y sustancia gris.

Preguntas de las conferencias de los profesores.

1) ¿Qué entiende por inteligencia? ¿Cuántos tipos hay?

Inteligencia es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente. Es la capacidad de procesar información y está íntimamente ligada a otras funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir dicha información, y la memoria, o capacidad de almacenarla. Hay otras muchas definiciones de inteligencia.
Definir qué es la inteligencia es siempre objeto de polémica; las definiciones de inteligencia pueden clasificarse en varios grupos: las psicológicas, mostrando la inteligencia como la capacidad cognitiva, de aprendizaje, y relación; las biológicas, que consideran la capacidad de adaptación a nuevas situaciones; las operativas, etc.
Tal diversidad indica el carácter complejo de la inteligencia, la cual sólo puede ser descrita parcialmente mediante enumeración de procesos o atributos que, al ser tan variados, hacen inviable una definición única y delimitada, dando lugar a singulares definiciones, tales como: «la inteligencia es la capacidad de adquirir capacidad», de Woodrow, o «la inteligencia es lo que miden los test de inteligencia», de Bridgman.
Según la teoría de las inteligencias múltiples, según Howard Gardner, podemos distinguir tipos diferentes de inteligencia formal:
Inteligencia Lógica-Matemática: Es la habilidad que poseemos para resolver problemas tanto lógicos como matemáticos. Comprende las capacidades que necesitamos para manejar operaciones matemáticas y razonar correctamente. Nuestra procesamiento aritmético, lógico, razonado, … va ligado a ella.
Inteligencia Lingüística-Verbal: Es la fluidez que posee una persona en el uso de la palabra. Destreza en la utilización del lenguaje, haciendo hincapié en el significado de las palabras, su orden sintáctico, sus sonidos, … Esta inteligencia nos capacita para escribir poemas, historias, …
Inteligencia Visual-Espacial: Es la habilidad de crear un modelo mental de formas, colores, texturas, … Está ligada a la imaginación. Una persona con alta inteligencia visual está capacitada para transformar lo que crea en su mente en imágenes, tal como se expresa en el arte gráfico. Esta inteligencia nos capacita para crear diseños, cuadros, diagramas y construir cosas.
Inteligencia Corporal-Cinética: Es la habilidad para controlar los movimientos de todo el cuerpo para realizar actividades físicas. Se usa para efectuar actividades como deportes, que requiere coordinación y ritmo controlado.
Inteligencia Musical: Es la habilidad que nos permite crear sonidos, ritmos y melodías. Nos sirve para crear sonidos nuevos para expresar emociones y sentimientos a través de la música.
Inteligencia Interpersonal: Consiste en relacionarse y comprender a otras personas. Incluye las habilidades para mostrar expresiones faciales, controlar la voz y expresar gestos en determinadas ocasiones. También abarca las capacidades para percibir la afectividad de las personas.
Inteligencia Intrapersonal: Es nuestra conciencia. Entender lo que hacemos nosotros mismos y valorar nuestras propias acciones.
Inteligencia Naturalista: Consiste en el entendimiento del entorno natural y la observación científica de la naturaleza como la biología, geología o astronomía.

2) ¿Qué piensa de la relación entre edad y felicidad?

Un estudio realizado en la Universidad de Michigan, Ann Arbor, en Estados Unidos, ha desvelado que la vejez no sólo trae consigo los achaques: también conlleva cierta felicidad que los jóvenes y algunos mayores no esperaban. Con la edad, aprendemos a manejarnos mejor con las idas y venidas de la vida, por lo que, en la vejez, somos capaces de sentirnos más felices a pesar de que, objetivamente, hayamos entrado en la decadencia física. Sin embargo, las creencias vigentes en la sociedad hacen que no veamos las ventajas de la vejez. El estudio demuestra que se puede aprender mucho de los mayores, simplemente porque saben más sobre la vida.

A nivel absolutamente personal puedo afirmar que los años me han hecho más sabio y con ellos he aprendido a disfrutar más y mejor de las personas que me rodean, las cosas que veo y toco y a sentir la vida en todas sus manifestaciones como nunca antes la había visto y vivido.

Sea cuales fueren nuestras condiciones al nacer, el caso es que las experiencias a lo largo de la vida conllevan la adquisición de conocimiento, y eso nos hace más felices, incluso frente a la adversidad.

El recuerdo que solemos mantener de la juventud es el de las posibilidades que teníamos aún por descubrir, el de un cuerpo sin deterioros y el de las diversiones. Sin embargo, también hay que recordar cómo aún teníamos que aprender acerca de ciertas emociones básicas, a relacionarnos con los demás, acerca de nosotros mismos, etc. Probablemente, con la edad nos parezca más fácil vivir que al principio de la vida.

3) ¿Qué relación hay entre mente y cerebro?

A través de los años, la investigación mente – cerebro ha sido polarizadas en dos posiciones extremas clásicas: Dualismo y Monismo.
Prácticamente todos los sistemas filosóficos (base de las ciencias), se sitúan en uno de estos extremos; muchas veces, y contrario al espíritu científico, con afirmaciones de tipo dogmáticas y excluyentes.
Mente (a veces denominada alma) y cuerpo, o más bien, mente y cerebro: ¿son realidades distintas en origen, naturaleza, substancia y funciones?. Son dualistas los que afirman la existencia de dos substancias, la material y la espiritual a diferencia de los monistas que no admiten más que una. (Ferrater Mora 1983).
El problema se estructura así:
¿Son los procesos mentales distintos o idénticos a los procesos cerebrales? Si son idénticos, ¿cómo los procesos cerebrales producen los procesos mentales? Si mente y cerebro son realidades distintas, ¿cómo interactúan entre sí? (Miguel A. de la Cruz Vives, 2002).

Planteamiento escogido: “Emergentismo”.
Este planteamiento procura dar solución a las dificultades introducidas por el dogmatismo extremo de dualistas y monistas.
Representa, además, una posición más flexible y realista, perfectamente compatible con las distintas disciplinas que se ocupan de las relaciones y distinciones mente – cerebro.
Admite, por un lado, que los estados mentales no son idénticos a los estados físicos del cerebro y que, por los mismo, no pueden reducirse a ellos. No obstante admite también, que tampoco existe independencia entre los mismos.
Este planteamiento no subestima el rol del cerebro en cuanto causa y origen de los procesos mentales (conscientes e inconscientes). Desde esta perspectiva, tales procesos son compatibles con las actuales  investigaciones de la neurociencia y, por lo mismo, con la sicología cognitiva.
No reduce los estados mentales a los procesos cerebrales, sino que los considera como fenómenos o propiedades autónomos que emergen de los sistemas neurofisiológicos en el curso del largo proceso evolutivo de la especie.
En este planteamiento los procesos mentales de percibir, sentir, recordar, imaginar, desear, pensar, etc., tienen la característica de ser: Distintos a los procesos neurológicos.  Emergen de estos. No pueden ser explicados sólo a partir de la organización, estructura y funcionamiento del cerebro.  No existe independencia absoluta entre mente y cerebro.
Por lo mismo, en la descripción fisiológica del cerebro, se advierte la conveniencia de no confundir dos niveles involucrados: Las micro propiedades: Estructura y funcionamiento de las neuronas. Las macro propiedades: Estructura y funcionamiento de los procesos mentales.

4) ¿Cuáles son las principales etapas del ciclo vital?

El desarrollo es un proceso continuo, multidimensional, se presenta de forma contextual, siendo estudiado desde diferentes disciplinas. Según John W. Santrock, es un proceso biológico, cognitivo y emocional. Esto es, hay cambios en la naturaleza física del individuo, en la inteligencia, pensamientos y lenguaje así como cambios en las relaciones sociales, emociones, etc.

El ciclo vital podemos subdividirlo, por los cambios que se operan en el, en ocho períodos: Prenatal, Infancia, Niñez temprana, Niñez media y tardía, Adolescencia, Adultez temprana, Adultez tardía y Vejez.

Cada período de la vida posee su `peculiaridad, marcada por una variabilidad interindividual, cada persona se desarrolla a un ritmo diferente,  e intraindividual, no todos los sistemas de desarrollan de la misma forma.

Los conceptos de edad se modifican en relación con la época en que una sociedad se encuentra. Podemos encontrar que los teóricos encuentran que la edad puede definirse a través de su relación con  factores como la sociedad  o la biología. Por tanto encontramos que hay una Edad Cronológica, que es el número de años que pasan desde que una persona nació. Edad Biológica, es la edad de una persona en términos de salud. Edad Psicológica, se refiere a las capacidades adaptativas de una persona comparadas con las de otros individuos de la misma edad. Y por último, una Edad Social, se refiere a los roles sociales y a las expectativas relacionadas con la edad de una persona.

5) ¿Qué entiende por sabiduría?

La sabiduría es la capacidad de razonar basándonos en nuestra experiencia.

Es juicio basado en el conocimiento y en la práctica desarrollada a lo largo de nuestra vida.

Es, así mismo, la apreciación subjetiva que el hombre tiene del medio que le rodea.

Algunas veces se toma el concepto de sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común.

La sabiduría implica un cierto arte, una cierta habilidad en el laborioso arte de vivir, un “saber vivir”, el arte de hacer bien las cosas, de manejar bien los sentimientos, de pararse en el lugar correcto en el momento indicado, de pronunciar la palabra precisa a la persona adecuada, etc.

Por sabiduría se entiende el desarrollo integral de la persona, que incluye al intelecto junto a la intuición, la capacidad de análisis y de síntesis y a la capacidad de armonizar la inteligencia intelectual, emocional, y “espiritual”.

La sabiduría es la habilidad, desarrollada con la experiencia, el entendimiento y la reflexión para discernir la verdad y practicar el buen juicio.

La sabiduría, en definitiva, destaca el juicio sano basado en el conocimiento y el entendimiento; es la aptitud de valerse con éxito del conocimiento y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir peligros o alcanzar ciertas metas. Algunos definen la sabiduría como un sentido utilitario, como una forma de prever las consecuencias y actuar para maximizar el bien a largo plazo.

6) ¿Cómo podemos mantener nuestra salud mental a lo largo del ciclo vital?

Ciñéndonos a las partes del ciclo vital que vivimos la gran mayoría de los alumnos de esta clase; Adultez Tardía y Vejez, hemos de considerar que la salud es el valor básico de las personas, siendo considerado como un proceso continuo que va más allá de la ausencia de enfermedad. Es más bien, un estado de bienestar físico, mental, social y “espiritual” y no simplemente la ausencia de enfermedad.
La salud mental sería vista como un acercamiento a la norma inmerso en una cultura, por tanto, su definición no puede ser única, sin embargo podemos extraer algunas características que nos ayuden a entenderla: Es la capacidad de hacer uso de habilidades, emocionales, cognitivas y sociales. Responden a las demandas del entorno. Tienen una construcción social y cultural. Hay diferentes formas de conceptuar su naturaleza y sus cusas. El comportamiento depende en gran medida de esa salud mental.

En la Adultez Tardía y la Vejez, hay dos problemas esenciales que se presentan en estas etapas; la Ansiedad y la Depresión.
He aquí algunas pautas para controlar en la medida de lo posible estos problemas; Aprender técnicas de relajación. Adecuarnos a la realidad (no solo ver los aspectos negativos sino también las facilidades de solución que pueden presentarse). Prepararse cognitivamente para acontecimientos futuros. Evitar anticiparnos a los problemas de una forma catastrófica. No olvidar darse mensajes positivos. Intentar solucionar aquello sobre lo que tenemos control. Solicitar apoyo, visitar amistades. Fomentar un descanso adecuado y la higiene del sueño.
Sumado a lo anterior, encontramos la importancia de realizar actividades que resulten agradables. Disfrutar de las cosas que hacemos, hacerlas con entusiasmo y energía es una buena receta.
Nuestro cerebro es el motor principal de nuestro organismo. De el depende el correcto funcionamiento de nuestras funciones y necesitamos entrenarlo continuamente para que se mantenga en forma y con él, nosotros. Estos que siguen son algunos sanos consejos para que la actividad cerebral se estimule y no caiga en desgana y la desidia:
Prestar toda la atención  posible a todo lo que haga: esforzarse por mantener la atención (hablarse en voz alta). Buscar detalles de forma deliberada, cerrar los ojos y hacerse preguntas. Cierre los ojos e intente recordar con todo detalle a una persona, una situación, un contexto, etc. Dividir una situación o un problema en diferentes partes e intente revisar una a una. Recorridos alternativos. Trate de aprender cosas nuevas. Analice el contenido de libros, noticias. Mantenerse ocupado en un trabajo. Crear un espacio vital agradable. Programar su vida, proyectos nuevos. Con el tiempo se mantienen o aumentan  las habilidades necesarias para conocer palabras, entenderlas, resolver problemas con ellas, etc. Inteligencia fluida y cristalizada. Muchas de las pérdidas se producen por la falta de uso…La educación hace que se desarrollen capacidades distintas. La historia de cada persona es importante. La motivación es un factor fundamental.  Muchas  veces se trata de no atención.
“Tenía tan mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo”. Ramón Gómez de la Serna

Autor: Ramón Ortiz Gómez.

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